Pentagrama o Pauta
lección 2
El
pentagrama (del griego: πεντα, penta: cinco, y γράμμα, grama: escritura, dibujo,
línea) o pauta musical es el lugar donde se escriben las notas y todos los
demás signos musicales en el sistema de notación musical occidental. Está
formado por cinco líneas y cuatro espacios o interlineas, que se enumeran de
abajo hacia arriba. Las líneas son horizontales, rectas y equidistantes.
Funcionamiento general
Para escribir música se
representan en el pentagrama los signos musicales pertinentes en su altura o
función correspondiente dependiendo del efecto deseado. Tales signos pueden ser
colocados dentro, por encima o por debajo del pentagrama. Los principales
signos representados son las notas musicales, los silencios, la clave, la
armadura, el compás, el tempo y el carácter (maestoso, agitato, afectuoso,
marcial, etc.).
Las notas musicales se representan
mediante figuras que indican la duración del sonido y su ubicación en una línea
o un espacio indica una determinada altura. Así pues, la cabeza de nota puede
ser colocada en una línea, es decir, con el centro de su cabeza de nota de
intersección de una línea; o bien en un espacio, es decir, entre las líneas
tocando las líneas superior e inferior. Las líneas y espacios se numeran de
abajo hacia arriba, la línea más baja es la primera línea y la línea superior
es la quinta línea.
Cuando la melodía supera el ámbito
de once notas que cubre el pentagrama, las notas que quedan fuera se colocan
sobre o entre líneas adicionales, que son líneas que se dibujan por encima o
por debajo del pentagrama según sea necesario.
El intervalo entre las
posiciones adyacentes pentagrama es un paso en la escala diatónica. No
obstante, la altura absoluta de cada línea está determinada por un símbolo de
clave colocada al principio del pentagrama.
La clave identifica una línea en
particular como una nota específica y todas las demás notas se determinan en
relación a esa línea. Por ejemplo, la clave de sol indica que en la segunda
línea se sitúa la nota sol por encima del do central. Una vez establecidas las
alturas por una clave, pueden ser modificadas mediante un cambio de clave o
bien mediante signos de alteración en las notas individuales. Un pentagrama sin
clave puede ser usado para representar un conjunto de sonidos percusivos; cada
línea suele representar un instrumento diferente.
En cierto modo, el pentagrama es
análogo a una gráfica matemática de altura musical con respecto al tiempo. Las
alturas de las notas están determinadas por su posición vertical en el
pentagrama y las notas que hay a la izquierda se tocan antes que las notas a la
derecha. No obstante, a diferencia de un gráfico, el número de semitonos
representados por un paso vertical de una línea a un espacio adyacente depende
de la clave; y el tiempo exacto del comienzo de cada nota no es directamente
proporcional a su posición horizontal, sino que la duración exacta es
codificada mediante el signo musical de figura musical elegido para cada nota
además del tempo. Un signo de compás situado a la derecha de la clave indica la
relación entre el recuento de tiempo y las figuras musicales, mientras que las
barras de compás agrupan las notas del pentagrama en compases.
Historia
La pauta musical o pentagrama tal
como lo conocemos hoy se originó a partir de la notación musical del canto
gregoriano en la Edad Media. Hasta ese momento se utilizaba una serie de signos
en conjunción con el texto para representar la altura. Sin embargo, cuando los
cantos propiamente dichos fueron escritos se comenzaron a emplear líneas para
representar la altura, junto con los signos indicadores de altura por encima
del texto. Cuando se empieza a utilizar la pauta musical apenas se usaba una
línea coloreada, que data del siglo IX. Dicha línea se colocaba sobre el texto
del canto. La altura estaba representada por la distancia de las notas en
relación a la línea. Como esto no era muy preciso, con el tiempo se fueron
añadiendo más líneas hasta configurar el pentagrama que usamos hoy en día.
Entre finales del siglo X y
principios del siglo XI Guido D'Arezzo2 llevó a cabo mejoras fundamentales para
la escritura musical. Entre otros logros, se le atribuye a este monje
benedictino la invención de la pauta de cuatro líneas, llamada tetragrama, a
intervalos de tercera. Sus mejoras contribuyeron a representar con más
precisión la altura de las notas musicales, su duración y el compás de la
música, en la enseñanza de la música y en el canto gregoriano.
En el siglo XIII algunos
manuscritos incorporaron ya una quinta línea (no se impuso hasta el siglo XV) y
esta configuración se ha venido utilizando hasta la actualidad. La pauta de
cinco líneas o pentagrama fue creada en Italia por Ugolino de Forlí. El uso de
esta pauta musical se generalizó en Francia en el siglo XVI y se asentó
definitivamente en toda Europa a partir del siglo XVII. Los términos para
designar esta pauta musical en algunas lenguas reflejan la importancia de las
cinco líneas, como por ejemplo el español «pentagrama» o el italiano
«pentagramma».
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